UTE planea para el año 2023 incorporar un nuevo plan para sus clientes, el cual consta de una cuota fija mensual con el objetivo de evitar los elevados montos generados por picos de consumo, lo que termina generando dificultades en la planificación del presupuesto familiar y aumento de los niveles de morosidad.
La medida comenzaría a regir a partir de marzo o abril de 2023 y según informa El País, partió de un estudio de mercado realizado por el ente estatal en el cual el 65% de los clientes consultados se mostró favorable a este nuevo sistema.
Según señala la presidenta de UTE, Silvia Emaldi, se toma en cuenta el promedio del consumo del año anterior para la estimación del año siguiente y se prorratea en cuotas fijas mensuales, las diferencias que puedan existir entre lo estimado y el consumo real se ajustará para el siguiente período, y los clientes podrán consultar su consumo a través de la app de UTE.
Por el momento no esperan que sea un éxito comercial inmediato sino una adhesión paulatina de los clientes.
Personalmente tengo algunos comentarios para destacar.
Es muy probable que tenga relativo éxito comercial, por supuesto, cuando los clientes ganamos en certidumbre y transformamos un costo variable en un costo fijo puede ser en principio una buena idea.
Ahora bien, lo primero que se me ocurre es que, bajo esta nueva modalidad, alguna de las dos partes termina financiando a la otra. ¿Por qué razón? Porque si usted consume menos de lo que equivale su cuota fija, paga un sobreprecio, y si consume mas de lo que equivale su cuota fija, UTE termina financiando su consumo. Entonces ¿Cuál es el sentido?
Por otro lado, sería lógico pensar, y es parte del comportamiento de las personas, que cuando pagamos un servicio en función de lo que lo usamos, vamos a tender a consumir lo menos posible, y cuando pagamos un servicio con cuota fija vamos a tender a consumirlo más, es una forma natural de maximizar la utilidad que nos brinda. Esta situación parecería ir a contrapelo de toda la política educativa e informativa que UTE ha venido desarrollando respecto al consumo responsable de energía eléctrica lo largo de tantos años. Como dato adicional, y según los últimos datos disponibles del Banco Mundial, en Uruguay se consumen al año 3.085 kWh per cápita lo que lo ubica como el cuarto país de América Latina y el Caribe en mayor consumo. Primero se encuentra Trinidad y Tobago con 7.093 kWh, lo sigue Curazao con 4.798 kWh y en tercer lugar Chile con 3.880 kWh. El promedio de América Latina y el Caribe es de 2.158kWh y el promedio mundial asciende a 3.128kWh.
Supongamos que estamos frente a un cliente que usa la energía eléctrica sin ningún control, ¿cuál es el incentivo que tiene para contratar la cuota fija? Que va a tener un primer año financiado por UTE porque su consumo seguirá en aumento y pagará lo mismo, el problema lo tendrá en el segundo año pero bajo la misma lógica, se adecuará a su nuevo precio y empezará con el mismo método de consumir más de lo que paga porque sino perdería su utilidad. Ahora bien, supongamos que estamos frente a un cliente que se esfuerza por ahorrar lo mas posible en energía eléctrica mes a mes, ¿Cuál es su incentivo para pasarse a una cuota fija? Ninguno, porque primero que nada dejaría de ahorrar dinero, y segundo, va a tratar de consumir lo mas posible dentro de su consumo normal por lo que varía su comportamiento.
Entonces, ¿no terminará pasando que el único incentivo para gastar lo menos posible, y por ende, volverse un gasto “pagable” para el consumidor, se terminará eliminando, volviéndolo cada vez menos probable de pagar, y en consecuencia, tener mas morosos?
Siempre va a ser mas fácil, mas sano y mas justo pagar por lo que se consume.