Lejos de generar interés y un debate fermental de ideas como cabría esperar, las elecciones internas de los partidos políticos que se desarrollan hoy muestran una clara apatía que podría definirse como “hartazgo ciudadano”.
En un país con altos índices de burocracia y muchas familias y negocios vinculados de alguna manera con la política, la asistencia de un porcentaje que ronde el 50% debería ser considerada como esperable.
El problema es la lejanía de la otra mitad del electorado de una elección casi cantada, hecho que tal vez unas elecciones primarias realmente renovadoras podrían transformar.
Desde Libertad Responsable exhortamos una vez más al sistema político, a buscar los mecanismos conducentes para que los ciudadanos puedan valorar y elegir a sus representantes con la autonomía que debería significar la palabra “elección”.
Verse y saberse “conducidos” por los dirigentes de todos los partidos a elegir determinados candidatos ya seleccionados por ellos en listas sábanas repletas de conocidos y desconocidos, genera desinterés y apatía.
A nadie escapa la idea de que el voto obligatorio rige para obligar a la ciudadanía a acatar un sistema que en la realidad no avala y para financiar a los grandes partidos políticos asegurando su subsistencia y continuidad.
Es hora de analizarlo.