Una grulla de origami

De la mano de su corresponsal en Asia, Lucas de la Cal, el diario EL Mundo informa desde Madrid acerca del ganador 2024 del premio Nobel de la Paz.

El preciado galardón, ha recaído esta vez en la organización japonesa Nihon Hidankyo, fundada en 1956 por algunos de quienes lograron sobrevivir a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, conocidos en Japón como hibakusha (sobreviviente de la bomba atómica).

Desde su fundación hace 68 años, Nihon Hidankyo ha venido promoviendo la total eliminación de las armas nucleares.

En la ceremonia llevada a cabo la semana pasada en Oslo, la presidenta del comité, Berit Reiss-Andersen, destacó el papel de la organización premiada la cual, a través de sus relatos, ha buscado constantemente concientizar al mundo sobre las aterradoras consecuencias del uso de estas armas de destrucción masiva.

Desde Libertad Responsable aplaudimos el criterio con el que Comité Noruego del Nobel, tantas veces criticado, ha resuelto seleccionar a su ganador de este año.

Es un hecho que más allá de irresponsables pruebas atómicas realizadas por diferentes potencias con fines no bélicos, las armas nucleares no han vuelto a ser usadas en conflictos armados desde 1945. Y para el logro de esta realidad, los hibakusha han sido un permanente ejemplo y llamado de atención, recordando a la humanidad la necesidad de establecer límites inquebrantables.

El logo de su organización se identifica con una grulla de origami.

Es una costumbre tradicional en Japón regalar ese tipo de artesanía realizada con un simple cuadrado de papel, como augurio de paz, salud y prosperidad.

Una tradición que Occidente y otras regiones del mundo deberían importar, para la cual no se requieren tratados especiales, ni costosas e interminables gestiones burocráticas.

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