“Ni Silencio Ni Tabú” es el lema de la campaña que impulsa el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) con la finalidad de hacer visible la problemática de la salud mental de las y los adolescentes en nuestro país y más específicamente contra el suicidio juvenil.
En nuestro país, el 14% de los adolescentes y jóvenes han atravesado situaciones en las que se han sentido tan tristes o desesperados, que no pudieron seguir con sus rutinas y actividades por al menos dos semanas. De ellos, 3,5% pensaron quitarse la vida y casi la mitad de ellos diseñó un plan para hacerlo.
Esta información se obtuvo en la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud en el año 2018 y se prevé una nueva encuesta el año próximo. Tengamos esperanza de que la situación haya mejorado o se haya mantenido estable pero en mi opinión, al día de hoy, ese porcentaje es aún mayor. De más está decir todo lo que nos perjudicó la pandemia y las nuevas realidades en cuanto a forma de vincularnos. Para los adolescentes fue aún más duro porque impactó en sus vínculos, que si bien, son importantes para cada uno de nosotros, para ellos son fundamentales. Es el período en que empiezan a experimentar y a descubrir su personalidad; a ir al encuentro con el otro para volver hacia sí mismos. Pero esto casi no fue posible durante dos años y a mi entender, es como si hubieran quedado repetidores a nivel socioemocional por dos años consecutivos.
Martín Lema, jerarca del MIDES, señaló la importancia de propiciar una mayor comunicación interpersonal para fomentar que se hable de las emociones que nos generan las situaciones que enfrentamos cada día. En palabras del Ministro “Muchas veces a una persona con una lastimadura le preguntamos cómo está y si necesita algo y muchas veces por dentro se generan emociones que hay que fomentar la mayor comunicación interpersonal para ayudar a tomar la dirección correcta» (citado textual de El País, 3/08/2022)
En mi opinión, el camino va por la comunicación interpersonal recién mencionada y tal cómo dice la palabra, se trata de la comunicación entre las personas de todas las edades. Aquí se me vienen a la mente dos preguntas: ¿Será que las adolescentes no quieren hablar? o ¿Será que los adultos no queremos escuchar? ¿Y por qué no querríamos escuchar? Una posibilidad es sentir temor al no saber cómo actuar, qué decir o hacer. Por esto, es fundamental comunicarse y entenderse para poder visualizar alternativas para expresar las emociones y, aprender a gestionarlas sanamente. ¡Todo un desafío! Ya de por sí es un reto para los adultos, más aún para los adolescentes que están experimentando los mayores cambios de su vida, a nivel biológico, hormonal y emocional.
La campaña interinstitucional “Ni Silencio Ni Tabú” plantea la realización de más de 300 talleres a nivel nacional. Tiene como objetivo sensibilizar a adolescentes y jóvenes sobre la importancia de cuidar la salud mental y el bienestar psicoemocional. Los centros educativos contarán con kits de herramientas para abordar las temáticas y además un sitio web estará disponible para todo público.