La jueza Loretta Preska, quien está a cargo de un tribunal en Nueva York falló en contra de Argentina por practicas violatorias del estatuto de YPF cuando se decidió expropiar la empresa en el 2012 bajo el gobierno de Cristina Fernández.
El monto del resarcimiento asciende ni mas ni menos que a 16.000 millones de dólares
En el medio de todo este problema, la portavoz del gobierno argentino dijo en Twitter que el Estado apelará el fallo y que “seguiremos defendiendo la soberanía energética y nuestra empresa estatal YPF frente a los fondos buitres”
El circo político y mediático de que la culpa la tienen los fondos buitres y la férrea defensa de la “soberanía de todo”, no hace mas evidente el encanto que tiene la política por el desentendimiento de las responsabilidades y la ineptitud para tomar las decisiones correctas.
El senador Luis Juez se refirió en La Nación, y con buen tino, que los responsables de generar esta situación deberían responder con su patrimonio. Y que bueno que esas propuestas se pongan arriba de la mesa, el problema está en que el propio Senador Juez votó a favor de la expropiación en la cámara de Senadores en el año 2012.
La “lucha por la soberanía” energética, así como el amor por tener una petrolera, una aerolínea o todo lo que sea posible de ser “de bandera” ha llevado a tomar a malas decisiones, tortuosos caminos y nefastos resultados.
Recordemos que Argentina ya pagó 5.000 millones de dólares, así que, sumado al monto a resarcir por el juicio, YPF costó un valor total de 21.000 millones de dólares.
¿Qué significa ese monto para Argentina? Si observamos el Presupuesto Nacional del país vecino para el año 2023, nos percatamos que el gasto en Educación y Cultura expresado en dólares al tipo de cambio oficial a la fecha es de 4.800 millones de dólares. Quiere decir que el sector político junto con el apoyo ciudadano, decidió intercambiar el presupuesto de educación y cultura de casi cuatros años y medio, por tener una empresa petrolera de bandera. Si lo comparamos con el presupuesto de Salud, que es de 3.000 millones de dólares, intercambiaron siete años de presupuesto por YPF. Si lo comparamos con todos los rubros de gasto destinados a Servicios Sociales (Salud, Promoción y Asistencia Social, Educación y Cultura, Ciencia y Técnica, Trabajo, Vivienda y Urbanismo, y Agua Potable y Alcantarillado), exceptuando la Seguridad Social, el intercambio equivale a casi un año y medio de presupuesto por YPF.
Mirándolo de esa forma, podemos entender la gravedad del asunto, demuestra el poco interés y la irresponsabilidad en el cuidado del dinero de los ciudadanos, la negligencia con la que se manejan los administradores de los dineros públicos, y la decadencia de la política “nacional y popular” del otro lado del charco.