El retorno de los brujos

El título del famoso libro de  Louis PauwelsJacques Bergier publicado en 1960 y enfocado a explicar fenómenos culturales enigmáticos como la aparición y evolución del nazismo, viene como anillo al dedo para ilustrar ciertos hechos del Uruguay de hoy. 

Un artículo publicado el 12 de enero en el semanario Búsqueda daba cuenta del estado de la denominada “ley de medios”, proyecto enviado hace treinta meses por el Ministerio de Industria, Energía y Minería a la Comisión de Industria de la Cámara de Representantes, con la idea de flexibilizar la norma aprobada durante el gobierno de José Mujica en la materia.

A más de 30 meses de haber ingresado, el proyecto se mantiene estancado en comisión, al parecer debido a la falta de acuerdo entre Cabildo Abierto y otros integrantes de la Coalición Republicana.

Según informa la referida publicación la traba estaría, entre otros puntos, en la insistencia cabildante en dar ciertas “garantías” de funcionamiento de los medios de difusión de manera plural y equilibrada, para que tanto los ciudadanos como los actores políticos y sociales puedan emitir o recibir los mensajes y opiniones que sean de su interés.

 

A tal efecto y lejos de buscar formas de flexibilizar la ley vigente, proponen crear una “Junta de Garantías en la Comunicación Política” para reglamentar y controlar el funcionamiento de servicios de difusión. Esa nueva entidad sería dependiente del Poder Legislativo, pero funcionaría de forma autónoma, al punto de que no podría recibir instrucciones ni órdenes de ninguna otra autoridad. Estaría integrada por nueve miembros y su presidente sería designado por la Cámara de Representantes y duraría 10 años en sus funciones.

 

Desde Libertad Responsable, al tiempo que reiteramos nuestro más amplio respeto y respaldo a la libertad de expresión, queremos dejar constancia de que, a nuestro entender, ciertas acciones y propuestas nos retrotraen a períodos de oscurantismo, ya superados. La falta de garantías y la ausencia de un Estado de derecho suelen incluir el impedir o dificultar la libre expresión de ideas u opiniones, imposición caprichosa que en tales circunstancias emana siempre de una supuesta autoridad impuesta y de apariencia autónoma.

 

En tal sentido, nos permitimos concluir este editorial tomando de la enciclopedia Wikipedia la siguiente información:

 

“La censura, según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, es la ‘intervención que practica el censor en el contenido o en la forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas’. En un sentido amplio, se considera como supresión de material de comunicación que puede ser considerado ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario para el gobierno o los medios de comunicación, según lo determinado por un censor.”

 

Para ejercer ciertos contralores, basta y sobra con respetar las leyes vigentes ejerciendo el libre albedrío en el goce pleno de las libertades.

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