El pasado 22 de Abril se celebró el Día de la Tierra bajo el lema “Invertir en nuestro planeta” según lo que la Organización de las Naciones Unidas consideró importante hacer énfasis este año. El call to action (llamado a la acción) refiere a hacer cambios sustanciales para vivir en armonía con la naturaleza y de forma más sostenible. Se insiste en que se formen alianzas entre los gobiernos, la sociedad y las empresas, para poder garantizar a las próximas generaciones, la supervivencia del planeta.
En mis comentarios a la noticia de EFE que publicamos el 10/04/22 (ver aquí), me pregunté si en Uruguay se utilizan los Sistemas Agroforestales Dinámicos, porque se los considera una estrategia efectiva frente al cambio climático. Además, mencioné un estudio sobre los “Diseños agroecológicos para el cuidado del agua” del Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas (CEUTA) dónde se mencionan los beneficios comprobados del rediseño funcional de la producción en los distintos aspectos de la Vida, que rompen con el mito de que no es posible producir alimentos al mismo tiempo que se cuida y mejora el ambiente. Y finalicé con las siguientes interrogantes: ¿Existen políticas que promocionen modelos de producción agroecológicos? ¿Estarán trabajando en conjunto los distintos actores involucrados?
Las respuestas las encontré en una presentación del Plan Nacional de Agroecología en la Expoactiva 2022 donde se mencionan los integrantes de este proyecto de co-innovación: Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Ministerio de Ambiente, Udelar y organizaciones sociales afines, junto a la opinión de los productores.
“Queremos generar círculos virtuosos. Darle al productor nuevas tecnologías, tanto al ganadero, al hortifrutícola o al lechero. Este es un nuevo paradigma necesario. La situación del mundo requiere más alimentos con un mejor cuidado del ambiente por lo que debemos lograr aplicar sistemáticamente la ciencia ecológica a la práctica agronómica”, mencionó Eduardo Blasina, asesor del MGAP.
Además, mencionó las cuatro líneas de trabajo fundamentales del Plan que son: el aumento de la producción, el aumento del consumo, el trabajo en recursos genéticos y la articulación entre investigación, extensión y educación en los temas de agroecología. Por su parte, la Comisión honoraria, es un ámbito que busca desarrollar más específicamente, la producción orgánica, la producción integrada y la producción que están en una transición más avanzada. En cuánto a esto (transición agroecológica) a la que invita el Ministerio y todo el Plan en general, el Asesor mencionó que es un proceso de mejora contínua: al mejorar la salud del suelo, generando que los suelos acumelen más agua, que dependa menos de fertilizantes, que mejore el balance de carbono (capturando carbono), que mejore el nivel de biodiversidad que tienen hoy los sistemas productivos, permitirá que el costo de producción se controle y se valoricen los productos. Considera que esto no es un objetivo productivo en sí mismo, sino que además, responde a inquietudes cada vez más fuertes de quienes demandan alimentos y productos ambientalmente responsables.
A mi entender, aquí podemos ver los efectos del “poder ciudadano” en demandar y consumir productos amigables con el medio ambiente y seguros para la salud humana y de todo el ecosistema. Sigamos concientizándonos en el poder que tenemos como ciudadanos globales en cada una de las decisiones que tomamos a diario para “invertir en nuestro planeta”, que al final es invertir en todos y cada uno de nosotros.