Las censuras implementadas tanto en Francia donde el fundador de Telegram navega en aguas turbulentas, y la ocurrida en Brasil, donde fue decretado el cierre de X, llaman a la reflexión.
Una cosa es impedir que ciertas actividades ilícitas o cuentas que han sido investigadas y sancionadas por la justicia continúen operando sin control y otra, muy diferente, atentar contra la libertad de expresión y comunicación entre usuarios.
En el espectro político nacional y según la información que hasta el sábado 31 manejamos, el único que ha marcado una postura clara con respecto a este tema es el candidato a senador Pedro Bordaberry.
Según informara El País, Bordaberry cuestionó el cierre de X en Brasil y el hecho de que en Francia «quieran meter preso» al creador de Telegram.
Desde Libertad Responsable consideramos fundamental la defensa a ultranza de la libertad de expresión, sin desmedro de que puedan generarse y funcionar los controles legales necesarios para evitar abusos, o usos ilícitos de las redes.
Pero se trata de situaciones muy diferentes.
La censura, venga de donde venga, solo habla de autoritarismo, y no comulga con los valores democráticos que defendemos.
En un año electoral y a pocas semanas de las elecciones, sería muy bueno que la totalidad del espectro político defina y anuncie claramente, su posición al respecto.