Sobre la iniciativa de Cabildo Abierto y la deuda justa

La propuesta de Cabildo Abierto de reformar la Ley de Usura bajo la proclama “por una deuda justa”, no alcanzó con el mínimo de 270.000 firmas necesarias para impulsar un plebiscito en las elecciones nacionales de este 2024.

Desde la dirigencia del partido puntualizaron que alcanzaron el 95% de las firmas, y que el próximo objetivo es completar las restantes antes del 25 de mayo, último plazo determinado por la Corte Electoral, para que el plebiscito pueda votarse en una eventual segunda vuelta electoral de noviembre.

El proyecto de ley que pretende reformar la Constitución, establece que, mientras no sea aprobada la Ley, la tasa efectiva anual máxima para el cálculo de cualquier interés sea de un 30% y que las deudas contraídas antes del 18 de julio de 2023 pueden ser canceladas pagando el monto original de la deuda convertida a Unidades Indexadas de la fecha de pago final y con una tasa de interés efectiva anual del 4%. Al día de hoy la tasa media de interés de empresas de intermediación financiera para préstamos al consumo en efectivo menores a 10.000 UI  se ubica en 90.66%.

El contexto en el cual se basa el proyecto de ley esgrime una situación compleja en la cual el 40% de los jóvenes deudores son considerados irrecuperables, en el departamento de Salto el número asciende a 64%, en Artigas a 61%, y en los departamentos de Paysandú, Rivera, Cerro Largo, Durazno, Flores, Río Negro, Canelones, Soriano, San José y Montevideo, superan el 50%.

Resulta difícil de entender, por qué una iniciativa que podría mejorar la situación económica y crediticia de tantas personas no haya llegado al mínimo de firmas para llegar al plebiscito en octubre. Por otro lado, el PIT-CNT alcanzó las firmas para el plebiscito sobre la reforma de la seguridad social, que es un tema mucho mas complejo de abordar y de comprender todas las aristas desde el punto de vista de un ciudadano de a pie.

De todas maneras, por mas loable que sean las intenciones de Cabildo Abierto, las medidas provisorias de una tasa de interés efectiva anual de un 30% pareciera ridícula. Teniendo claras las diferencias respecto a un comercio o servicio, donde la prestación económica se entrega en el momento de la transferencia del bien o servicio, y en un producto financiero se difiere en el tiempo, no tiene sentido que por ejemplo, un comercio minorista pase a tener mas margen de beneficio que un producto financiero, con los riesgos de incobrabilidad que estos últimos tienen.

Si lo pensamos desde el punto de vista comercial, cuando va a una tienda, en el precio que paga por el producto, el margen esta incluido y como no conoce el costo real del producto, no lo puede determinar. En un producto financiero, como el producto que compra es dinero, y como el medio de pago también es dinero, resulta mas evidente conocer el beneficio a través de una tasa de interés expresada de forma efectiva anual.

Si el negocio de prestar dinero, que ha venido en crecimiento sin dudas, dejara de ser rentable, o fuera mas rentable invertir en otro negocio, ¿quien cumpliría ese rol?  ¿Quién estaría dispuesto a prestar su dinero?

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