“Asamblea Uruguay resolvió desmarcarse de su dirigente, Sebastián Hagobian”.
Con ese titular informaba ayer el diario El País la decisión de esa agrupación política del Frente Amplio fundada por Danilo Astori, de dar por cerrado el caso vinculado con la presencia de uno de sus dirigentes en territorio de Ucrania invadido por Rusia. Su actuación como observador validando de hecho un referéndum de anexión promovido por el invasor, llevó a Asamblea Uruguay a “desmarcarse” del accionar de su inquieto integrante, decisión que en definitiva lo libera de dar explicaciones y lo respalda.
La actitud del Consejo Político Nacional de Asamblea Uruguay que solucionó el problema “desmarcándose” de su dirigente, se fundamenta respaldando “en todos sus términos” otra resolución – esta de su partido – del 26 de septiembre de este año. Emitida inmediatamente después de trascendida la información desde la propia Ucrania de la presencia de Hagobian en el referéndum, el Frente Amplio anunciaba que: “Ante los trascendidos de prensa queremos informar que Sebastián Hagobian no se encuentra en Rusia en representación del Frente Amplio ni de Asamblea Uruguay. Está realizando un viaje particular y en ningún caso representa ni cuenta con el respaldo de esta fuerza política”.
Pasadas dos semanas esperando el regreso de Hagobian y sus descargos, la decisión del sector encabezado por Danilo Astori además de suscribir lo declarado por el Frente Amplio en plena confusión y recién conocida la noticia, agregó otros comentarios corriendo al referéndum en cuestión del eje temático. Rechazando al uso de la fuerza para la solución de conflictos con intenciones expansionistas, criticando al gobierno ruso por su accionar y responsabilizando de paso a la OTAN, Asamblea Uruguay pareció buscar evitar que la próxima vez dejen de invitar a su representante a un nuevo referéndum de anexión.
En la declaración “Se condena al gobierno ruso, que lleva adelante sus intenciones hegemónicas, violando el derecho internacional y la integridad territorial de un país reconocido por la comunidad de naciones” y a continuación se manifiesta “rechazo” a las políticas de expansión de Estados Unidos y de la OTAN que “con sus intentos hegemónicos” contribuyeron a generar condiciones de inestabilidad en una región tensa y conflictiva.
El Frente Amplio, la Intendencia Municipal de Montevideo y Asamblea Uruguay, constituyen la agrupación, el partido y el órgano de gobierno a los que Hagobian pertenece y representa, integrando diversas comisiones vinculadas con política internacional. Todos se lavaron las manos haciendo ver que Hagobian se representa a sí mismo. Ninguno de estos organismos ha decidido apartarlo de su cargo y mucho menos expulsarlo por su temerario accionar. Las declaraciones de su agrupación política, del partido al que pertenece y de la intendenta de Montevideo donde cumple funciones como integrante de la División de Relaciones Internacionales y Cooperación, al “desmarcarse”, han respaldado plenamente su accionar.
Según la RAE, desmarcar, en su primera acepción, sería separar a alguien de un grupo o apartarlo. Es evidente que no es este el significado del verbo “desmarcar” al que aluden los frenteamplistas dado que Hagobian permanece en sus cargos.
Pero también según la RAE, una segunda acepción del mismo verbo, aplica en algunos deportes y refiriendo a un jugador, como la “acción de desplazarse para burlar al contrario que lo marca.”
En medio de esta confusión de ideas, política, deportes, intervencionismos y desmarques, conviene seguir aprovechando la riqueza de nuestro idioma, resaltando definiciones de la RAE.
Y existe una palabra que calza como anillo al dedo con la situación planteada. Su significado es definido por la Real Academia Española como el “Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.” Algo muy visto y practicado cuando hablamos de política.
La palabra es hipocresía y suele pasar desapercibida en el torrente de las ideas.