Tal como comentaba en el artículo anterior, la mayoría de las iniciativas ciudadanas nacen de observar una realidad que no es la que se desea ver. El caso de Andrea y Federico va por el mismo lado. Luego de una experiencia de voluntariado en India, donde vivenciaron la importancia de compostar para el ciclo de vida de los cultivos y el intercambio con la comunidad, aterrizaron la idea en la ciudad de Montevideo y crearon un emprendimiento. El mismo consiste en la recolección de los residuos orgánicos en cada uno de los hogares que se suscriben al proyecto. Luego de tres meses de pagar la suscripción mensual, y de aportar la basura orgánica que es recolectada semanalmente, los desechos son devueltos en forma de abono natural.
Lo que los protagonistas de esta historia detectaron como problema fue la falta de gestión de residuos orgánicos en la capital del país. La idea inicial comenzó por recuperar espacios en desuso y estuvieron trabajando en Ciudad Vieja con los vecinos de la zona, pero afortunadamente la demanda superó sus expectativas y los fundadores decidieron transformar el emprendimiento que lleva el nombre de “Compost Ciudadano” con su lema “Transformamos tus residuos en vida” (compost ciudadano.uy)
Y efectivamente, así es como funciona. Como usuaria del servicio, puedo afirmar que la tierra que entregan hace que las plantas crezcan más y estén en mejores condiciones. El cambio es notorio y positivo. Al mismo tiempo, el asumir el compromiso de llenar un recipiente con los restos orgánicos de lo que cocinamos y comemos, te da una motivación extra para alimentarte mejor, porque al “tacho de los órganicos” sólo van los productos que salen de la tierra. Así fue como nos mentalizamos en mi familia para saber qué es lo que se puede compostar y qué no. Básicamente, esta iniciativa nos ayuda a cerrar el ciclo de “lo que es de la tierra, que vuelva a la tierra”, y lo más importante, en el camino nos nutrimos con alimentos que mejoran nuestra salud y la del medio ambiente.
Claramente, Compost Ciudadano se encuentra dentro del sector de la Economía Circular, que plantea un modelo económico que apunta a minimizar los impactos ambientales así como a impulsar el desarrollo económico de manera sostenible. Algunas de las líneas de acción de la economía circular en Uruguay que se mencionan en el sitio del Ministerio de Industria, Energía y Minería son: “reciclar, reutilizar, regenerar, compartir, optimizar, recircular, desmaterializar e intercambiar materiales, insumos y recursos utilizados en la producción, contribuyendo a reducir el impacto ambiental.”
En esta nota también se detalla el programa Uruguay Circular, que tiene la particularidad de que es llevado adelante por diferentes instituciones además de dicho Ministerio, como ser: ANDE (Agencia Nacional de Desarrollo), ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial), Page (Partnership for Action on Green Economy) Uruguay, y apoyado por otros como: la Embajada de Suiza en Uruguay y PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
Indagando más en el programa (uruguaycircular.org) se puede ver que cada año abren dos convocatorias para cofinanciar con fondos no reembolsables, actividades que promueven la competitividad de las empresas y la mejora en su productividad. Una de las convocatorias brinda apoyo para que se realicen proyectos circulares y la otra, fomenta actividades de divulgación de la economía circular.
Compost Ciudadano tuvo una mención especial en el Premio Uruguay Circular 2021 y entre sus proyecciones se encuentran: Dar herramientas y medios a las personas para darle un propósito a sus residuos orgánicos que, a mi entender, en parte ya están cumpliendo con esto a través de la venta de Composteras para hogares, y la capacitación que brindan a quienes las compran para gestionen sus residuos orgánicos en sus casas. Esta información la obtuve de aquí.
Por otra parte, mencionan que apuntan a: generar alianzas con municipios para que la mayor cantidad de personas pueda acceder al servicio. Sobre esta premisa no encontré información de cuál es la forma que están estudiando para implementarla pero, como ciudadana y usuaria del sistema se me ocurren dos ideas: la primera, es que las personas que paguen por la recolección de sus residuos orgánicos, tengan un descuento en el pago del impuesto “Tributo domiciliario o Tasa General Municipal”, que tal como se indica en la web de la Intendencia Municipal de Montevideo, “es una tasa que abona el ocupante del inmueble por los servicios que brinda la Intendencia. La Tasa depende de la zona, en relación directa con los servicios que allí se brindan”.
Cuando busqué por cuáles son los servicios que comprende este impuesto, encontré lo siguiente: “Es una tasa que se cobra en contraprestación a los servicios de:
- Alumbrado público.
- Salubridad (recolección de residuos y limpieza).
- Conservación de obras y bienes municipales.
- Fiscalización y vigilancia de dichos bienes, y del cumplimiento de las ordenanzas y servicios municipales.
Por lo que, con esta propuesta, se estaría generando sinergia a través de una alianza entre una entidad pública, un privado y el ciudadano: el usuario paga a un privado para que realice un servicio que entra dentro de las prestaciones por las que el municipio ya le cobra un impuesto, por lo que lo más lógico es que la intendencia le devuelva ese pago al ciudadano y al mismo tiempo, incentiva la participación de más personas en la gestión de sus residuos y refuerza el compromiso por una ciudad más verde.
La otra opción que se me ocurre es, que la IMM, además del apoyo que le da a Compost Ciudadano al permitirles utilizar su planta de reciclaje para que puedan compostar, bonifique la compra de composteras a los y las vecinas que se comprometan a reciclar sus residuos orgánicos.
Por último, me gustaría hacer hincapié en que las opiniones que aquí expongo son personales y la información brindada la obtuve de las páginas mencionadas.