La insistencia de la oposición en intentar endosar responsabilidades al presidente Lacalle Pou a partir del caso Astesiano, ya mueve a risa.
El ex custodio del presidente, que para la mayoría de los orientales era un perfecto desconocido hasta que fue detenido por temas ajenos a la tarea que desempeñaba, se ha convertido en una especie de oráculo a partir del cual los enemigos del gobierno esperan obtener elementos para desacreditarlo.
Una estrategia de cabaré que habla muy mal de la forma de entender la democracia y la separación de poderes.
Que si le “daban alas” que si “tenía pedidos” … ¿Qué político en el Uruguay que cuenta con asesores, subalternos o algún secretario, no les solicita que realicen algún trámite o hagan alguna diligencia?
¿Vale todo haciendo política para generar alarma, aunque la nueva sorpresa provenga de una simple declaración y no del resultado de un proceso judicial con todas las garantías del caso?
Desde Libertad Responsable reiteramos nuestro llamado a la cordura.
Corresponde a la Fiscalía General de la Nación y de ser el caso al Poder Judicial, determinar los pasos a seguir con el asunto que los ocupa y sus posibles derivaciones.
La prosa carnavalesca que semana a semana llena los titulares de diversos medios de prensa, terminará desgastando incluso su propia credibilidad, de no comprenderse el nivel de seriedad y discreción que un hecho de la magnitud del que está siendo investigado exige.
Mirando el lado positivo de esta situación, es una buena oportunidad para respaldar en forma unánime a nuestras instituciones.
Ojalá que así sea.