La insistencia de diferentes personeros del Frente Amplio en vincular el llamado caso Astesiano con supuestos e indescifrables entramados delictivos que involucrarían al gobierno, parece haber llegado a su límite de tolerancia.
Un estilo de confrontación que carece del más elemental sentido democrático parece refrescar aquello de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Por si no se recuerda, la frase pertenece a Joseph Goebbels, ministro de Adolf Hitler y todos sabemos en qué acabó su teoría.
En los últimos días el senador del Partido Comunista Oscar Andrade y el presidente del Frente Amplio Fernando Pereira, entre otros políticos pertenecientes a ese partido, se han esmerado en hablar de ciertos “riesgos institucionales” que según ellos se estarían generando a partir del referido caso el cual – también según ellos – estaría involucrando al gobierno.
Amigos y defensores ambos de regímenes dictatoriales como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela y sabedores de las consecuencias que la frase de Goebbels ha causado cada vez que se aplicó, deberían explicar antes de proseguir con sus insinuaciones las razones del origen de la trama delictiva del mencionado caso, que se habría originado en 2013, en pleno gobierno del Frente Amplio y bajo la presidencia de José Mujica.
Desde Libertad Responsable consideramos imprescindible que quienes hablan desde hace semanas de “riesgos institucionales” con relación al caso Astesiano, comiencen por indagar en su interna partidaria los posibles indicios que lleven a dilucidar tan insólito y enredado asunto, para bien de las instituciones y fortalecimiento de la democracia.
Si de verdad les importa el tema, ese debería ser su aporte y su accionar.
Mientras eso no ocurra, deberían llamarse a silencio y dejar actuar a la Justicia que es, en definitiva, la única autorizada a buscar y determinar responsabilidades en este asunto.