¿Perder criticando o ganar aportando?

La Ley de Urgente Consideración (LUC) actualmente sometida a referéndum con la finalidad de derogar parte de su contenido, fue promulgada en plena pandemia de Covid-19 y a pocos meses de haber asumido el nuevo gobierno.

Su promulgación, habla de la dedicación de quienes, desde la oposición y estando el Frente Amplio en el gobierno, utilizaron buena parte de su tiempo para elaborar y presentar al electorado un programa de gobierno creíble y ejecutable a corto plazo, desde los acuerdos que se originarían en el seno de la coalición multicolor proyectada.

Quince de los últimos 17 años transcurrieron con gobiernos continuados del Frente Amplio, coincidiendo con uno de los períodos económicos de mayor prosperidad en la historia del país. Los precios internacionales de los commodities y una coyuntura particularmente favorable, generaron ingresos por la vía de la recaudación, que permitieron emitir deuda y comprometer al país por varias generaciones. La excusa para ese proceder fue la de poder desarrollar todas las políticas sociales, de relacionamiento laboral, inversión y mejoras en seguridad, justicia, educación, salud, etc., que fuera necesario ejecutar, para hacer del Uruguay el modelo de armonía social tantas veces enunciado por ese conglomerado político.

Lejos de alcanzar el desarrollo anunciado por sus pregoneros, el Frente Amplio dejó como herencia un Estado sobredimensionado y en muchos casos ineficiente; cientos de personas durmiendo en la calle en pleno invierno; una economía en franco retroceso; pérdida de inversión; ingreso a la lista negra de la OIT; aumento del desempleo, desborde insostenible de la delincuencia; anarquía social; prepotencia sindical; negociados de dudosa justificación; deterioro de la imagen país a nivel internacional; pérdida de valores morales; destrucción de la educación; intervención en asuntos internos de otros países; respaldo incondicional a dictaduras fascistas como las de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

En paralelo a la precedente lista de calamidades, está el peor de todos los males; provocar el enfrentamiento entre orientales. Y hacerlo potenciando la envidia, la crítica al éxito personal logrado desde el esfuerzo, el odio de clases, el enfrentamiento entre empleados y empleadores por el solo hecho de su condición, la desesperanza de los más humildes.

Sería muy positivo para este país que el Frente Amplio apuntara a revisar el porqué de esos asuntos y a colaborar con el actual gobierno para superarlos entre todos, en vez de señalar supuestas fallas y degastes a la novel coalición, dedicando el tiempo a poner palos en la rueda cuando apenas arranca a gobernar.

Ese es el aporte que el país espera desde la experiencia de quienes fueron quince años gobierno nacional con mayorías absolutas en el Parlamento y ya más de 30 años gobierno de Montevideo.

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