Informaciones procedentes de AFP y EFE publicadas por el diario El País, daban cuenta esta semana de la firme reacción del papa Francisco, criticando la ideología de género y sus consecuencias.
Francisco se refirió a esa “fea ideología de nuestro tiempo, que cancela las diferencias y hace que todo sea igual; cancelar la diferencia es cancelar la humanidad. El hombre y la mujer, y viceversa, están en una fecunda tensión”.
No sería la primera vez que el papa Francisco critica esta ideología que pretende imponer el criterio de que la identidad sexual está determinada, en todos los casos, por la educación y el entorno cultural.
En 2016, el papa denunció el “adoctrinamiento solapado” de los libros de texto escolares franceses, influenciados por esta teoría; y en 2019, el Vaticano publicó un texto destinado a ayudar a los católicos a contrarrestar una ideología que “niega la diferencia natural entre un hombre y una mujer”.
Desde Libertad Responsable aplaudimos la critica del papa Francisco, al tiempo que observamos la poca repercusión que un hecho de esta trascendencia tiene en la prensa mundial en general.
Mucho mayor repercusión parece generarse, y a veces en forma distorsionada, cuando Francisco expresa cierta crítica hacia un capitalismo mercantilista y oligopólico, que descuide en su desarrollo el bienestar de la sociedad en general, con especial énfasis en la atención de los más débiles y desposeídos.