Está por verse

Una columna del editor y director periodístico de Búsqueda Andrés Danza ha sido publicada esta semana en ese semanario, bajo el título de Ganó Atchugarry.

Danza resume en su análisis la situación política uruguaya actual, en relación directa con los resultados de las elecciones primarias ahora a la vista, en la figura del fallecido exministro de economía, al que destaca en diversas acciones o actitudes entre las cuales enfatiza en las siguientes: “Por lo moderado, por lo dialoguista, por lo austero en su forma de vivir pero también por lo poco pasional a veces, por lo lejos de los fanatismos y por esa forma de comunicarse pausada, poco explosiva, un tanto monótona, sin hacer olas. Un uruguayo promedio con todas las letras.”

El columnista recuerda que fue Jorge Batlle quien recurrió al estilo y capacidad profesional del entonces abogado en medio de la crisis de 2002, buscando una salida a la dramática situación económica, política y social que atravesaba el país.

Sin embargo, y sin restar mérito alguno al gestor político de aquel desafío, consideramos que concluir en que fue Atchugarry quien lideró y superó la crisis para sacar al Uruguay del pozo y colocarlo como ejemplo inspirador de los actuales candidatos a la presidencia Álvaro Delgado y Yamandú Orsi, suena, por decir lo menos, fantasioso y yendo un poco más a fondo, tendencioso.

Este Uruguay nada tiene que ver con aquel de la crisis de 2002 ni con la personalidad de Alejandro Atchugarry.

Aquella crisis que tuvo al abogado como gestor de soluciones y lo volvió cara visible e informante de su evolución, contó además con Jorge Batlle que nunca abdicó de su responsabilidad como presidente y con Luis Hierro López que como vicepresidente cortó de cuajo los intentos de algunos por forzar la renuncia de Batlle a la presidencia aprovechando la oportunidad para adelantar las suyas propias.

Fueron muchos los héroes de las desiguales contiendas públicas y privadas ocurridas por aquellos años. También fueron numerosos los desleales y traidores a los valores más caros que hacen a la “idiosincrcia uruguaya” de la que habla Danza, que quedaron en evidencia por esos tiempos.

Uniendo en una comparación sin fundamento racional alguno a Delgado y a Orsi, mientras deja de lado y como en el limbo de la Coalición Republicana, por ejemplo a Ojeda, no se entiende con claridad ni mucho menos se justifica, a qué cosa apunta Danza.

El editor de Búsqueda pretende implantar su hipótesis como si fuera un hecho consumado y aventura la siguiente frase: “Los candidatos que inician la carrera esta semana hacia la banda presidencial son hasta demasiado uruguayos, al estilo Atchugarry”. ¿Qué quiere decir con eso?

Pero más tarde agrega otra conclusión que, de alguna manera, clarifica sus intenciones: “Lo que sí ninguno de los dos cumple, al menos todavía, es con las condiciones de los caudillos históricos que pautan la política uruguaya”.  

El editor de Búsqueda juega su juego y obviamente considera que es el correcto.

Pero, parafraseando sus propias palabras; “eso también está por verse”.

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