Esta semana se ha hablado en términos de posible prescindencia de la filosofía como materia obligatoria en la educación, a lo que luego de la reacción contra esa idea y para disimular el error, se adicionaron la música barroca y la astronomía.
La educación no puede dividirse en castas. Mucho menos puede hacerlo en élites a determinar. La filosofía no es privilegio de una élite, sino materia de intelectuales que pueden surgir de los más diversos ámbitos.
La educación debe estar al alcance de todos y debe ser de excelencia en todos los niveles. Si se pierde de vista ese objetivo, las cosas están mal y dejan de funcionar.
Educación moral y cívica o filosofía, no pueden ser materias opcionales en ninguna sociedad que se respete a sí misma. Son las bases necesarias e imprescindibles para despertar el espíritu crítico sin el cual, los individuos, se convierten en masa.
Desde Libertad Responsable, consideramos de enorme importancia que este tema se debata hasta sus últimas consecuencias.
A nuestro entender, en el sentido y atención que se brinde a estos términos, en apariencia tan básicos e inocentes, se juega el futuro del Uruguay como nación.
Tal vez, en la concepción de algunos, no haya una filosofía que aprender a nivel general y en todo caso, eso sería discutible.
Lo que no es discutible, es que todos debemos tener la oportunidad de aprender a filosofar.
Y esto es algo que nadie que entienda el valor humanístico y revelador de la filosofía, puede darse el lujo de ignorar.