¿Planificación estratégica nacional en jaque por dinero de un único departamento?

En esta oportunidad  me voy a referir a la postura que tomó el subsecretario del Ministerio de Ambiente, Gerardo Amarilla, ante las declaraciones del Ministro Adrián Peña en relación al préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la Intendencia de Montevideo.

Amarilla afirmó que la aprobación de dicho préstamo “no era necesario para visibilizar el Plan Nacional de Gestión de Residuos” (como sí mencionó el Ministro). Para Amarilla, “hoy ya existe infraestructura para reciclaje y clasificación, y aún así “se está lejos” de cumplir las metas por problemas “de gestión” y de “cambio cultural”. La noticia completa que estoy comentando fue publicada el 22 de abril de 2022 en El Observador con el título “Subsecretario de Ambiente se desmarcó de Peña y se pronunció en contra del préstamo del BID”.

Para entender un poco más sobre las carencias y fortalezas que mencionó Amarilla, me puse a leer el Plan Nacional de Residuos (PNGR), que también pueden encontrarlo aquí. Dicho Plan fue elaborado como instrumento de planificación estratégica a nivel nacional, aunque los gobiernos departamentales podrán gestionar sus propios planes en concordancia con los resultados que se quieren conseguir en el PNGR. El período de gestión será 2022-2032 y la primera revisión se realizará en el 2027 para evaluar y corregir lo que sea necesario para alcanzar las metas al final del período.

Con el PNGR “… se busca que a través de la implementación del plan los procesos de producción y de consumo se transformen y apliquen un modelo de economía circular que repercuta en la minimización de la generación de residuos. Además, se espera que se potencien los sistemas de aprovechamiento de residuos y se logre su sostenibilidad económica, contribuyendo al desarrollo local y a la generación de empleos formales y de calidad. Por último, se fomenta un cambio cultural que logre el compromiso de todos los actores de la sociedad.” (Cap. 3, Pag. 418).

El plan comprende los siguientes tipos de residuos: limpieza de espacios públicos, residuos domiciliarios, de obras de construcción y demolición, de actividades económicas o productivas, sanitarios y residuos especiales (neumáticos y vehículos fuera de uso, otros residuos plásticos distintos a envases y embalajes, envases y embalajes propiamente dichos, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, baterías y pilas y aceites usados (comestibles y no comestibles).

Volviendo a lo mencionado por Amarilla, les voy a comentar lo que más llamó mi atención de las debilidades que se detectaron sobre la gestión de residuos según se puede leer en el PNGR:

  • Normativas departamentales sobre gestión de residuos desactualizada en la mayoría de los departamentos.
  • Deficiencias en la capacidad institucional y técnica de las intendencias para la gestión de residuos.
  • Falta de interacción entre intendencias y empresas privadas relacionadas a la gestión de residuos.
  • Falta de sinergia entre los sistemas de recolección selectiva aplicados por las intendencias y los planes de gestión de residuos especiales.
  • Para aquellos departamentos con sistemas de recolección de residuos reciclables implementados, diferencias en los criterios utilizados durante el diseño, lo cual puede generar dudas en la población que utiliza los sistemas.
  • Bajo compromiso por parte de la ciudadanía respecto a la problemática de la gestión de residuos.
  • Falta de información de acceso público sobre la gestión de residuos domiciliarios realizada por las intendencias.
  • Falta de información de la estructura financiera del sistema de gestión de residuos domiciliarios por parte de la mayoría de las intendencias, lo cual dificulta la detección de oportunidades de mejora y la búsqueda de fuentes de financiamiento.

Me interesa detenerme en esta última y vincularlo a lo que mencionaba el subsecretario de Ambiente en cuánto a que el dinero del préstamo que otorgaría el BID a la IMM no era necesario para este Plan como sí lo afirmó el Ministro de Ambiente, Adrián Peña y asimismo, Graciela Villar, presidenta de la Departamental de Montevideo del Frente Amplio, mencionando lo siguiente: “… que la Junta Departamental haya rechazado el préstamo del BID compromete el Plan Nacional de Gestión de Residuos del gobierno nacional sobre la disposición final de residuos. Y lo explicó así: “Esto iba en consonancia con el plan nacional de residuos planteado por el Ministerio de Ambiente y los compromisos internacionales a los que Uruguay llegó. Hoy este plan nacional queda cuestionado porque la ausencia de Montevideo en ese paquete hace inviable cualquier proyecto (para la) disposición final (de residuos) a nivel nacional; por la cantidad y volumen de residuos que genera esta ciudad, y por la cantidad de ciudadanos que la habitamos”. Se puede ver la nota completa aquí.

Luego de estos comentarios me pregunto entonces: ¿Será posible que se haya hecho una planificación estratégica a nivel nacional sin haber tenido en cuenta el estado de situación del tema? ¿Será posible que se haya planificado de aquí a diez años para mejorar la gestión de residuos de todo el país apostando todas las fichas al dinero de un préstamo que iba a solicitar la IMM? ¿El Ministro de Ambiente y Graciela Villar se habrán detenido a leer el PNGR en profundidad? Porque luego de leer las debilidades encontradas, según mi opinión, empezaría por clarificar cómo se maneja el dinero en cuanto a la gestión de residuos domiciliarios en cada una de las intendencias. Seguiría por mejorar las capacidades técnicas e institucionales pero para empezar por esto no se necesita más dinero, sino ponerse de acuerdo en los criterios de trabajo para mejorar la gestión y ¡trabajar!.

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