Por una representatividad solvente

Un editorial del diario El País daba cuenta esta semana de que Gerónimo Sena, vocero del gremio estudiantil del Liceo 35 (IAVA), reconoció en el programa En perspectiva que: “En el IAVA, lamentablemente, de 3.000 estudiantes somos 30 los que participamos en el gremio”.

Este alboroto estudiantil, salvando las distancias, nos recuerda a La llamada “Revolución de los Pingüinos” llevada adelante en Chile en 2006 por jóvenes estudiantes que ocuparon liceos reclamando mejoras en la educación. Aquel accionar tuvo como consecuencia un movimiento político y social que culminó con la llegada al poder de líderes estudiantiles de aquel momento, entre los que se encontraba el propio Gabriel Boric, actual presidente de la República. Pero aquellos estudiantes contaron, en la mayoría de los casos, con el aval y apoyo directo de sus padres que para bien o para mal, respaldaron masivamente su accionar.

Es muy probable que protagonistas como Gerónimo estén informados de aquellos hechos. También es muy factible que ignoren de que, en Chile, no existía una educación gratuita y universal como la que ha mantenido Uruguay consecuentemente a lo largo de su historia hasta nivel terciario. También parecen ignorar los destacados actores, que esa educación gratuita y universal de la que disfrutan, la pagamos entre todos los habitantes de este país a través de los impuestos.

Al parecer ignoran también que, en democracia, la representatividad no se obtiene a dedo sino a través de elecciones libres con voto secreto, en el que cada estudiante dé su opinión y respalde su candidato. Cosa que no parece haber ocurrido a la hora de la designación de Gerónimo como representante gremial, dado que tan sólo el 1% de sus “representados” participa del gremio que lidera, según él mismo manifiesta.

Desde Libertad Responsable, hacemos votos para que personajes inquietos y valiosos como Gerónimo, lideren lo conducente para lograr la verdadera representatividad que respalde su accionar, animando a otros estudiantes a participar y competir con ellos. Eso les dará solvencia y trascendencia, a la vez que un enorme campo experimental dentro del cual probar entre iguales, sus verdaderas condiciones y capacidades para su propio beneficio y el del país.

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