Han transcurrido dos años desde que pusimos en marcha esta aventura periodística semanal. Este tercer año que ahora iniciamos, es año electoral.
Dada nuestra política editorial y la independencia que mantenemos, consideramos una empresa gratificante el poder señalar desde este espacio y desde un ángulo liberal, lo que a nuestro entender sea digno de ser destacado y analizado en profundidad, contribuyendo a la mejor comprensión y marcha del proceso.
El liberalismo pasa por un período de readaptación que va a derivar en grandes debates y surgirán nuevos paradigmas a señalar y desmitificar.
Los privilegios mercantilistas que nunca ceden en su esfuerzo por adueñarse de los mercados y la irrupción últimamente de un anarcocapitalismo libertario que distorsiona los objetivos liberales en aras de solucionar graves problemas económicos, sociales y culturales, exigen un estado de alerta permanente.
Desde Libertad Responsable somos conscientes de que para mantener vigentes las ideas de la libertad, es necesario dejar en claro que el liberalismo como lo concebimos no está en contra de la existencia del Estado sino muy a favor de su eficacia y fortaleza, principalmente en áreas claves como justicia, seguridad, educación y salud.
Un Estado eficaz con sensibilidad social, que empodere y haga valer las capacidades y aportes de cada individuo, para beneficio de toda la sociedad.