La elección que acabamos de vivir parece haber gestado una nueva forma de hacer política.
Tal vez haya sido esta la primera vez en la que un presidente electo recibe entre sus primeros visitantes a un líder de la oposición a la que acaba de derrotar, no para planificar el inminente cambio de gobierno, sino para alinearse en la búsqueda de estrategias que, unificando esfuerzos entre gobierno y oposición, terminen siendo beneficiosas para el país.
Desde Libertad Responsable, vemos como muy positiva la visita de Pedro Bordaberry a Yamandú Orsi y el clima de encuentro positivo que la caracterizó.
Más allá de partidos políticos y resultados electorales que solo afectan en forma directa a quienes viven de la política, el Uruguay necesita contar con un sistema político dedicado a la solución en equipo de los grandes problemas reales del país, que no admiten más demora.
Una buena señal que, de concretarse en la práctica, podría generar expectativas confiables de cambio y renovación.