Esta boca sí es mía

La secretaria de Adeom, Valeria Ripoll, se integró al programa de televisión Esta Boca es Mía, y su incorporación genero reparos mas en propios que en ajenos.

Tal es así que en declaraciones a El Observador, Riquen Bonfiglio, dirigente de Adeom expresó que el programa televisivo no es afín a los trabajadores, ni tampoco los canales privados. La noticia continúa y Ripoll manifiesta que su participación “trata de quitar la imagen de corporativistas, que solo piensan en la actividad sindical, que tienen los dirigentes gremiales”, y además sostiene que las molestias generadas, tienen como fundamento que “hay sindicalistas que sostienen que los dirigentes no tienen que estar en la television”.

Primero que nada, ¿Cuál es el inconveniente de que la Secretaria de Adeom participe en un programa televisivo? Ninguno, como cualquier ciudadano, si tiene la oportunidad de participar en un medio de comunicación y sus aptitudes para desarrollar la tarea son las necesarias, bienvenida sea y enhorabuena por ella, seremos los consumidores del contenido quienes decidamos si nos gusta o no, simplemente mirando o no el programa.

¿Qué significa que los canales privados, y por extensión, un programa de televisión no sean afines a los trabajadores? No tiene mucha explicación, ¿acaso es porque no comparten la misma ideología? Puede ser, pero ¿Cuál es el inconveniente? El inconveniente es que la raíz del pensamiento sindical es que todo lo que es afín a su línea de pensamiento está bien, y lo que no lo es, está mal. Pero poco importa que dichos canales y programas generen fuentes de trabajo para quienes los sindicalistas proclaman defender, porque lo que realmente les importa es ganar adeptos para catapultarse políticamente. Lo que es mas importante para los sindicalistas, es la actividad sindical, no el trabajador.

Si será tan así, que la propia Ripoll expresa que antes la imagen del sindicato era “mas dura y que no pensaba en como afectaban las medidas que tomaban en la población”, porque en realidad lo mas importante para ellos era la expresión de la actividad sindical, por encima inclusive, de los derechos de otros trabajadores.

De todas maneras, retomando a la idea inicial, si un canal privado le abre las puertas de un programa de televisión a una dirigente sindical, lo que está diciendo es que su opinión es bienvenida y será difundida por el medio de comunicación por el momento mas masivo, y además, si suponemos en todo caso que el programa televisivo no es afín a los trabajadores porque su línea ideológica no sea la misma que la del sindicalismo, tampoco existiría ningún problema porque el programa televisivo estaría demostrando lo contrario.

El problema es la rigidez de la línea de pensamiento del sindicalismo, ni ellos son héroes, ni los empresarios son villanos, ni los que piensan como ellos son los buenos, ni los otros, son malos. La postura de Valeria Ripoll, en contraposición a la rigidez del sindicalismo de la vieja guardia deja en evidencia la concepción radicalizada de las cosas y el fin último de la cúpula del sindicalismo actual uruguayo.

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