La semana pasada nuestro editorial “Un Hecho Histórico para Destacar”, aplaudía que el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, hubiera visitado al presidente del Frente Amplio Fernando Pereira en la sede de ese partido político, para hacerle llegar el proyecto del gobierno sobre la reforma del sistema previsional.
El presidente aprovechó aquella ocasión para proponer el establecimiento de un diálogo fluido y constructivo entre gobierno y oposición, con miras a establecer políticas de Estado que puedan permanecer en el tiempo, gobierne quien gobierne.
Una semana después, debemos señalar que nos ha sorprendido que el Pit-Cnt, haya salido a anunciar la programación, entre otras medidas, de un gran paro nacional para setiembre, para oponerse al proyecto. Y más nos sorprende que esa decisión haya sido tomada sin siquiera poner por delante un argumento razonable basado en algún análisis serio y profesional del tema,
Desde Libertad Responsable consideramos que ha llegado la hora de preguntarnos como nación, cuál es el verdadero papel que juega el Pit-Cnt en la política y en la sociedad.
Con autoridades electas en asambleas sin elecciones controladas en las que el voto secreto permita la libre expresión de sus afiliados y carentes de personería jurídica.
Actuando a contrapelo de lo que debe regir el concepto de autoridad en un Estado de derecho.
Imponiendo obediencia a sus dirigidos, el Pit-Cnt parece oponerse a todo lo que sus dirigentes consideren pueda afectar sus propios intereses personales que no sociales.
Con esa finalidad, alteran constantemente la paz social y el ritmo de la economía, convocando a marchas, paros, movilizaciones y otras perlas, como forma de justificar y mantener sus beneficios y privilegios.
En un país en serio como pretende ser el nuestro, al que los inversores de muchas partes del mundo miran cada vez con mayor interés, hay temas y formas de expresión que provienen de otras épocas y realidades y huelen a naftalina.
¿Será que no se dan cuenta?
