El Ministerio de Desarrollo Social viene investigando y denunciando desde hace algún tiempo, la situación de diversas ollas populares a partir de las cuales se estaría realizando proselitismo político, al tiempo que existirían irregularidades en su administración.
El diario El País recogió esta semana declaraciones del vicepresidente del Pit-Cnt, José López, quien considera que se estaría haciendo política con “el hambre de la gente”. López tiene toda la razón al plantear eso como un hecho deplorable que debe combatirse, pero parece ser justamente eso lo que intenta el gobierno desde el MIDES, al denunciar las incoherencias detectadas.
Más adelante, el dirigente sindical afirmó que “El gobierno debería agradecer la contención social que tuvo nuestro país, en función de cómo se organizaron comisiones barriales, sindicatos, organizaciones políticas, para lograr que en el medio de una crisis que fue sanitaria, pero que devino en una crisis social y económica, no haya tenido una eclosión social”.
Todos tenemos muy presente la situación vivida en la pandemia. También recordamos la actitud asumida por el Frente Amplio y el Pit-Cnt en el sentido de pretender la instalación de una cuarentena obligatoria, la cual habría impedido, de hecho, cualquier organización de las mencionadas por López, por lo cual resulta extraña su declaración.
Desde Libertad Responsable consideramos plausible la implementación de mecanismos solidarios, que permitan a los más necesitados acceder a un suministro de alimentos para paliar situaciones extremas, como la vivida durante la pandemia.
Vemos además como muy positiva, la decisión del Ministerio de Defensa de colaborar con horas de militares para realizar el reparto de comida en las denominadas ollas populares.
Es bueno que el gobierno tome cartas en el asunto.
Con el hambre de la gente, no se hace política.