Afectación del Patrimonio Histórico Nacional

El siguiente artículo trata de los primeros impactos de la extensión hasta el año 2081 de la concesión de la Terminal Cuenca del Plata (TCP).

En el 2001, el estado uruguayo dió en concesión a la terminal especializada de contenedores del puerto de Montevideo, a través de la Administración Nacional de Puertos (ANP), a la empresa belga Katoen Natie, la que tiene un 80% de las acciones, mientras que al Estado le corresponde el 20% del paquete accionario. El año pasado, se firmó una extensión de esa concesión hasta el año 2081. Y, hace menos de 10 días, TCP presentó el proyecto ejecutivo de ampliación de la terminal de contenedores.

Al comienzo, las nuevas obras iban a estar unidas a la escollera Sarandí, lo que hubiera provocado que este rompeolas de un poco menos de 1000 mts. dejara de ser el reducto pesquero que siempre ha sido; porque la ampliación no iba a permitir que se pescara hacia el interior del puerto. Incluso, la escollera Sarandí forma parte de la identidad cultural e histórica del país, además de ser un emblema para gran parte de montevideanas/os. Pero, de todas formas, se verá afectada; no sólo en el paisaje, al reducir cada vez más la vista a la bahía, sino también, en los usos y costumbres para con ella.

Sin embargo, debido a que la estructura de este rompeolas, que comenzó a construirse en 1901, no iba a soportar las casi siete cuadras de extensión, sin acceso al público y entre contenedores, tuvieron que pensar en un plan B que consiste en lo siguiente: “‘… de los dos lados va a quedar agua con margen suficiente para que el muelle [de la terminal de contenedores] y todas las actividades no perjudiquen a la escollera Sarandí”” (José Andrés Arocena, uno de los representantes del Estado en TCP; La Diaria, 27/08/2022, “Cambios en la escollera Sarandí: menos vista de la bahía y acondicionamiento del área de paseo.”)

De todas formas, para Laura Alemán, docente del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República,  “‘… si tenés una escollera con un plano que va acompañando toda la extensión en paralelo, es una burla. Estás dejando un borde de agua un poco para quedar bien pero, a los efectos del paisaje, es un cambio radical”. Además, en entrevista con La Diaria, expresa: “… poner al rompeolas en un contexto geográfico que le da sentido incluso fuera del agua: “‘Es la continuación muy elegante de [la avenida] 18 de Julio y [la calle] Sarandí, esa espina o espiga que coincide con la Cuchilla Grande que atraviesa gran parte de Uruguay, que se mete en el río y genera un paisaje muy valioso. Copar o colmar todo ese espacio de agua, de instalaciones portuarias, contenedores, desde el punto de vista del paisaje parece una cosa muy agresiva, muy violenta para esa delicadeza de la península de la Ciudad Vieja”’.

Es importante recordar que desde 1986 rige el decreto firmado por el entonces presidente Julio María Sanguinetti, en el que se declaró: “Monumento Histórico Cultural a la zona costera comprendida desde el Oeste hacia el Este, a partir de la escollera conocida como ‘Sarandí’ inclusive, hasta el arroyo Carrasco, y de Sur a Norte, desde el Río de la Plata hasta la Rambla Costanera, incluyéndose sus dos aceras y los espacios públicos adyacentes”.

No obstante, en la nota ya mencionada se expresa que el presidente de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, William Rey, afirma que no le han hecho llegar nada vinculado al tema. Y, en sus palabras, “A la Comisión ‘tienen que consultarla, pero no tanto en relación a la escollera, sino por los sedimentos subacuáticos”’. En este sentido, TCP responde que “‘la totalidad del sector acuático del área concesionada fue investigada desde el punto de vista arqueológico en el año 2004 y la Comisión del Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación autorizó según su Acta N° 003/2005 de 22/02/2005 la ejecución de obras […] por lo cual no es necesario hacer una nueva solicitud de autorización’”.

Ya han pasado 17 años desde esa autorización y así cómo el puerto de Montevideo ha crecido de manera exponencial, los cambios a nivel subacuáticos deben de ser grandes también. ¿Cómo es posible que se firme una autorización hace casi veinte años y que luego no sea necesario revisarla o revertirla? Para la Arq. Alemán ‘“… habría que evitar que el puerto se siga devorando a la ciudad” y pide “una coordinación más fluida” entre la ANP y la Intendencia de Montevideo”. Y yo agrego, entre todos los organismos del Estado, como el Ministerio de Ambiente y su Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea), la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación y la sociedad en su conjunto.

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