Más allá de intentar indagar en las razones que llevaron a Javier Milei a obtener un triunfo sorprendente en las elecciones primarias realizadas el domingo pasado en la República Argentina, vale la pena analizar muy brevemente, sus posibles consecuencias.
El anarcocapitalismo que propone el candidato es una filosofía política y económica que obviamente mezcla anarquismo con capitalismo. Pero pregonando la abolición del gobierno y de la intervención estatal en la economía, parece alejarse sin retorno de la condición de libertario con la que también suele presentarse a sí mismo.
El liberalismo no persigue la idea de eliminar al gobierno sino la de concentrar su accionar a las áreas de salud, educación, justicia y seguridad, donde el Estado debe estar presente y ser muy eficiente.
Desde Libertad Responsable no vemos razonable insistir con la idea de eliminar organismos de control como el Banco Central, aunque si vemos como muy positivo que se busque su independencia y autonomía, alejándolo de presiones o influencias de cualquier interés político.
La democracia se fortalece con la división de poderes y contralores, que la vuelven equilibrada y eficaz. Perder de vista esa perspectiva, significaría poner en grave riesgo su continuidad y permanencia.
Desde el entorno de Milei, aparentemente, se busca garantizar que esa es en realidad la idea. Pero debido a sus polémicos anuncios y manifestación de intenciones, no parece estar en esa línea el candidato.
Una incógnita de impredecibles consecuencias a revelar, que desde ya ha puesto a la Argentina en el foco de la atención mundial.