Los robots y la seguridad social

El proyecto de reforma de la Seguridad Social sigue generando polémicas, entre la implícita necesidad de compartir los costos políticos entre oficialistas y opositores, y ante la urgencia de volver sustentable un sistema continuamente quebrado, se sumaron nuevas voces que llaman la atención y mucho.

Según relata El Observador, el Senador Sergio Botana del Partido Nacional, esta “pensando alternativas para mejorar el proyecto”. Una de las alternativas, es la de gravar a los robots que sustituyen el trabajo humano, de forma que el beneficiario del fruto del trabajo del robot, contribuya al sistema de seguridad social tanto por aportes personales como patronales, como si de un trabajador “humano” se tratara.

Primero que nada, la alternativa para “mejorar” el proyecto no es tal, sino básicamente para obtener nuevas fuentes de financiamiento, que además es uno de los reclamos del Frente Amplio sobre el proyecto de reforma.

Ahora bien, y por encima del espíritu recaudador, a lo que nos estamos negando es justamente a darle el valor agregado a los trabajadores para que una máquina no pueda sustituirlo y en su lugar, transformarlo en una situación sin solución, cuando en realidad toda creación, inclusive la propia de las maquinas que sustituyen el trabajo humano, parte del ser humano.

Negarse a la incorporación de la tecnología es negarse a lo inevitable, el verdadero problema se da cuando aquel que se ve desplazado en su lugar de trabajo, no tiene la formación o experiencia para reinventarse en otra área.

Será tarea del Estado adecuar el sistema educativo a que brinde curriculas mirando al futuro, y sin tener miedo de sustituir la educación tradicional por otra con otro contenido. Claramente hay profesiones que en su esencia están dejando de existir, y necesitan migrar a otro tipo de conocimiento para lo cual inicialmente no fue concebida. Inclusive si hoy en día, consideramos que las máquinas sustituirán todo el trabajo humano, entonces se deberán formar a las personas en áreas para poder dominarlas, no dejarlas como rehenes bajo un sistema educativo arcaico

Será tarea de los sindicatos, estar a la vanguardia en las habilidades y conocimientos que deben tener los trabajadores para aportar valor y ser mejor remunerados ante el avance de la tecnología, en lugar de quedarse varias décadas atrás con el clásico discurso de la lucha de clases y el antiimperialismo.

Será tarea de cada una de las personas entender que el sistema provisional y de reparto no funciona mágicamente y se encuentra en continuo jaque porque es económicamente inviable cuando los aportantes son menores, cuando los beneficiarios aumentan, o una combinación de ambas, por lo que nunca debe ser una sorpresa que los gobiernos quieran cambiar las reglas de juego o se generen bajas en las jubilaciones que percibe la ciudadanía. Entender también que no es un sistema de ahorro genuino, sino que es una forma de comprar, por obligación, una promesa de que, en un futuro incierto, va a percibir algún ingreso no definido.

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