Más de un mes ha transcurrido desde que Nicolás Maduro y su banda decidieron quitarse la careta y proclamar ante el mundo su condición de usurpadores del poder y persecutores implacables a todo aquel que se oponga a sus caprichos.
Decenas de muertos que podrían ser muchos más – porque son miles los detenidos en estas semanas y están desaparecidos ya que de ellos no se tiene información – mientras el dictador decreta un payasesco “adelanto de la Navidad” que iniciará en el mes de octubre.
Con ocho millones de exiliados y un país quebrado sumido en la miseria y el autoritarismo, ha decidido ordenar por decreto que la gente se sienta feliz.
Mientras tanto el expresidente colombiano Andrés Pastrana se presentaba esta semana ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya. Lo hizo en representación de 30 exmandatarios hispanoamericanos integrantes de Iniciativa Democrática de España y las Américas (Grupo IDEA). El informe jurídico presentado el viernes a modo de denuncia, pide la detención inmediata de Maduro y sus secuaces por violaciones generalizadas y sistemáticas de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y terrorismo de Estado.
Según señaló Pastrana, Maduro es un militar activo de acuerdo con lo expresado en la denominada Ley Constitucional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana promulgada en 2020. Considera además que esa misma ley vuelve responsable de los abusos y usurpación del poder que están siendo perpetrados tras el fraude electoral del 28 de julio pasado, a toda su cadena de mando. Destaca enfáticamente que Venezuela se ha convertido en un Estado militarista.
Desde Libertad Responsable consideramos que más allá de la lentitud con la que las burocracias internacionales suelen manejarse, son hechos relevantes que merecen ser destacados, tanto el rápido acuerdo como la reacción que esos treinta exmandatarios hispanoamericanos han concretado.
Esto habla a las claras de la importancia y preocupación que el grave problema venezolano implica y demuestra claramente que la defensa de la democracia sigue siendo prioridad en la región.
Venezuela no está sola.
