«La universidad atesora las memorias del mundo», ya que «además de ser una gran promotora del conocimiento, es una generadora de patrimonio», asegura a EFE Luis Méndez, director del I Encuentro Iberoamericano de Patrimonio Universitario, que comienza este lunes en Sevilla (España).
Durante tres días expertos de una veintena de universidades de América y Europa analizarán las medidas que se llevan a cabo en el ámbito iberoamericano para el reconocimiento, protección y transmisión del patrimonio universitario, detalla el organizador y director general de Cultura y Patrimonio de la Universidad de Sevilla.
«Europa y América no se pueden entender sin sus universidades», sentencia Méndez, que añade que estas instituciones han ido transformando el conocimiento y acumulando un conjunto de patrimonio histórico, artístico, documental, arquitectónico, científico y tecnológico aunque reconoce que «o no se ha hecho la narrativa necesaria, o no ha llegado a la sociedad».
El cambio que se quiere operar con este encuentro es establecer políticas culturales que hagan que ese patrimonio «tenga una función social fundamental».
Ponentes participantes
Organizado por la Universidad de Sevilla junto a la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado (AUIP), entre los ponentes figuran las representantes de la UNESCO para Oriente Medio, Nuria Sanz, y el Caribe, Claudia Felipe, así como la responsable de Programas del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM), Valerie Magar.
Magar avanza que las universidades «custodian un rico patrimonio», en forma de colecciones de archivos, bibliotecas y museos, pero también un patrimonio edificado y artístico, y con espacios que establecen nexos entre la cultura y la naturaleza, que incluyen áreas verdes, jardines botánicos, herbarios y colecciones científicas.
El patrimonio universitario «abre paso a la memoria», con el acceso a colecciones, publicaciones y exhibiciones y por medio del contacto con profesores e investigadores, desgrana.
«Todo ello permite comprender el pasado, aprender lecciones y generar nuevas propuestas para el presente y el futuro», por ejemplo, afirma Magar, en relación con el cambio climático, para el que se pueden buscar soluciones «a través de conocimientos, materiales y diseños tradicionales, que pueden incorporarse en la vida actual».
Patrimonio vivo
Desde la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), en México, el doctorado en Historia José Francisco Román indica a EFE que esta es una oportunidad de analizar el papel de estas instituciones con la cultura y el patrimonio «como formas vivas y actuantes».
Destaca que las casas de estudio de los países iberoamericanos han planteado la necesidad de contribuir a la protección del patrimonio que está fuera de su jurisdicción inmediata.
La UAZ ha emprendido, por ejemplo, el rescate de archivos universitarios y colecciones de los antiguos gabinetes científicos formados en la segunda mitad del siglo XIX, además de poner en marcha trabajos con diversos grupos para rescatar su patrimonio a través de museos comunitarios, la cocina tradicional o las artes y oficios, entre otros.
Además de promover colaboraciones con otras universidades de América Latina y el Caribe, ha puesto en marcha talleres para indígenas migrantes en Zacatecas sobre educación y cultura o para trabajadores migrantes zacatecanos radicados en Estados Unidos, sobre patrimonio cultural intangible y comunidades.
Una declaración para seguir cooperando
El encuentro se cerrará el miércoles próximo con la firma de la Declaración de Sevilla del Patrimonio Universitario y su función social.
Firmado por 300 universidades, «más las que se quieran ir sumando», será el «punto de partida» de un plan de cooperación de las universidades iberoamericanas, con un programa de investigación y formación, detalla Méndez, que añade que se creará un grupo de trabajo inicial para desembocar en una red iberoamericana de investigadores en patrimonio.
El evento, que tendrá su continuidad el próximo año en una universidad americana, conlleva actividades como una exposición en el Archivo de Indias con los seis documentos originales inscritos en el registro de la UNESCO como «Memorias del Mundo», entre ellos el Tratado de Tordesillas, que dividía en dos el nuevo mundo conocido hasta ese momento. EFE