Pan y circo

En la primera semana de febrero, el Presidente argentino, Alberto Fernández, apoyó la candidatura sudamericana para la organización de la Copa del Mundo de la FIFA del año 2030 y propuso, además, a Bolivia como coorganizador del evento.

Las declaraciones de Fernández se dieron en el contexto del lanzamiento formal de la candidatura de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay para la organización del evento. Se realizó un acto en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino con la participación del Presidente de la AFA, Claudio Tapia, el Presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, el Ministro de Turismo y Deportes de Argentina, Matías Lammens, autoridades de la Asociación Paraguaya de Futbol,  de la Federación de Fútbol de Chile y la representación uruguaya encabezada por el secretario nacional de Deportes, Sebastián Bauzá, y el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso.

El puntapié inicial para organizar un mundial en Uruguay, lo dio en el año 2005 el presidente Tabaré Vázquez, en una reunión que mantuvo con el presidente de la FIFA, Joseph Blatter en el marco de la celebración del 75º aniversario de la primer Copa del Mundo de la FIFA realizada en el año 1930 en Uruguay. A la candidatura uruguaya se fueron sumando posteriormente Argentina, Chile y Paraguay

El último antecedente de un mundial organizado en Sudamérica, lo tenemos en Brasil en el año 2014

¿Qué sucedió en el mundial organizado por Brasil? Costos por el doble de lo estipulado y corrupción en la construcción de estadios, poco retorno económico por la baja asistencia de público, problemas de endeudamiento de algunos clubes, deterioro estructural y altos costos de mantenimiento.

¿Quién paga la fiesta? La que organiza la fiesta no la paga, y por eso no es un problema para la FIFA. Lo terminan pagando los contribuyentes y los clubes.

Por ejemplo, un año después de finalizado el mundial, el estadio Arena da Amazônia en Manaos, recibió 7 partidos con una media de publico de 17.300 espectadores cuando su capacidad es para 44.300, costo total de construcción:  €194.000.000; el estadio Mané Garrincha en Brasilia, recibió 10 partidos con una media de publico de 30.000 espectadores cuando su capacidad es para 72.800, costo total de construcción: €411.000.000; y el estadio Arena Pantanal en Cuaibá, recibió 33 partidos con una media de publico de 7.100 espectadores cuando su capacidad es para 44.000, costo total de construcción: €175.000.000.

Cuatro años después de finalizado el certamen, según un experto en gestión deportiva, deberían implosionarse por ser poco rentables.

El gobierno brasileño encabezado por Dilma Rousseff, gastó 10.000 millones de dólares en la organización de la Copa de las Confederaciones en el 2013 y la Copa Mundial de la FIFA en el año 2014. En la previa, se realizaron protestas que congregaron a millones de personas en medio centenar de ciudades reclamando por la corrupción, desigualdad, salud y educación, se destapaban los casos de sobornos de Petrobras por 2.500 millones de dólares que involucraron al gobierno y parlamento brasileño y luego el caso Odebrecht que involucraron a gobiernos de toda Latinoamérica.

Es cierto que no necesariamente tiene que replicarse el caso brasileño en los países candidatos a organizar el certamen de 2030, pero ¿necesitamos como sociedad organizar un mundial de futbol? Cada uno desde su lugar, en Argentina, en Chile, en Paraguay y en Uruguay podremos responder desde nuestra propia perspectiva.

En el año 2005 cuando Tabaré Vazquez lanzó la idea, Uruguay estaba saliendo de una crisis bancaria y económica, y el año 2030 resultaba bastante lejano.  Hoy en día, el gobierno argentino reafirma su candidatura a 7 años del evento mundialista, con el 38,5% de su población bajo la línea de pobreza, 9,4% bajo la indigencia, 51% de pobreza en menores de 14 años y 42% en jubilados; 95% de inflación acumulada en el 2022; 40% de trabajo informal y el segundo salario mínimo en dólares mas bajo de la región.

¿Qué es lo que necesitamos de un gobierno? Que administre responsablemente el dinero de los contribuyentes y que nos asegure la mayor calidad en la ejecución y en el contralor de sus cometidos mas básicos como la salud, educación, seguridad, justicia, legislación y politica monetaria.

Lo que no necesitamos, es que descuiden cualquiera de los aspectos anteriores para fomentar el pan y circo

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